lunes, 29 de septiembre de 2014



La metáfora existencial de la Mariposa. 

Despreciado, tomado por menos
su naturaleza es comparada con lo detestable
lo vil y lo despreciable ante los ojos de las personas.
Algunos hasta hacen arcadas y son objetos de sustos
a hombres y mujeres impresionables.
El comienzo de su existencia es arrastrase,
sus movimientos son toscos
y sus sendas son sobre barro y estiércol
nadie habla de ellos en un poema,
solo para compararlo con lo que evitaríamos,
o para describir los pasos siguientes de la muerte;
pero nadie, o pocos se han detenido a pensar,
que en lo despreciable de su existencia,
en un momento el insecto cree elegir la muerte
cuando decide envolverse en un capullo;
lo único que conoce de su existencia es el paso lento
en un recorrido de cieno y torpeza hasta ese punto,
en que por un periodo desaparece envuelto en su acabose…
…. Pero luego despierta sin saber porqué;
Comienza a romper ese capullo que lo estorba, lo hiere,
Su cuerpo ya no es el mismo y desplegar su nuevo ser
le arranca dolor y sed de ser libre al fin,
Y lo logra al extender sus finas alas de polvo y magia,
en colores y formas irrepetibles y hermosas
Y se lanza al vuelo en que todos queremos ser partícipes,
en que músicos, poetas y pintores
quieren plasmar su belleza en sus creaciones,
pero es de necio negar que la inmaculada Mariposa antes de serlo;
fue un gusano.

Diego Emilio Corzo.

martes, 16 de septiembre de 2014

Despierto en el frió de la noche buscando el candor de tu piel
cuyas brazas ardientes estallan en ella para quemarme de vos.
Mi boca busca beberte y como un río de aguas dulces me sacias;
siento el latido de tu corazón en nuestros labios,
aspiro tu aliento como el lenguaje de nuestras almas…
Te abrazo intensamente deseando morir en tu pecho,
porque le tengo miedo al mañana
que siempre me asusta con perderte para siempre.
Hoy bese tus dedos,
recogí de ellos su néctar,
lo lleve a mi paladar donde almacené tu aroma
mientras las horas crueles avanzan
y se burlan de lo frágil de la existencia,
de lo frágil que es tenerte como una copa de cristal y diamantes,
que en segundos, luego de la despedida con promesas de no vernos,
estalla hiriendo con cristales mi cuerpo que por vos se desangra;
te amo en el silencio, muero en el silencio y en el espacio en que no estás.
Por cada vez que mi ser desnudo
representado por mi viril naturaleza
entra cruzando las puertas de los jardines de tu acuosa feminidad,
algo de mi allí queda, mientas más menguo hasta no quedar nada,
porque vivir para no tenerte quiero vivir para morirme en vos.

Diego Emilio Corzo.


domingo, 8 de junio de 2014


Te conozco casi completamente
y  lo que me falta por conocer será un misterio que sólo Dios Sabe.
Miro alrededor el cúmulo de mentira en objetos disfrazados de verdades;
de urgencias sin sentido, de necesidades inventadas,
De destinos inciertos que se desvanecen en el nebuloso porvenir;
y vuelvo a mirarte, y vuelvo a observar cada detalle de vos
y vuelvo a enamorarme; estás allí como el sueño inalcanzable
como la promesa detenida; como un sueño que por ser sólo sueño
se vuelve una pesadilla.
Estamos cerca y olemos el amor;
lo palpamos etéreo pero verdadero;
 luego escondemos nuestras miradas como niños traviesos
que se miran y se sonrojan.
Tu rostro le queda bien a mis caricias
mis manos le quedan bien a tu cintura
y mis labios sólo saben besar los tuyos.
¡Ay Dios! Tu sabes cuanto la amo,
tu sabes que moriría por ella,
tu sabes de mi boca el sí acepto que la aguarda;
conoces mis largas oraciones, mis desvelos por pensarla,
mis poemas que la invocan, que la nombran que la llaman…
Pero los días se suman; mi barba pinta canas,
los años corren como agua precipitada al vacío,
el tiempo no se interrumpe
pero los relojes se detienen  en algún momento;
y nosotros… nosotros con ellos.

Diego Emilio Corzo



miércoles, 7 de mayo de 2014

Estoy  ausente sin tu consuelo,
me vuelvo vasija vacía echada al olvido
y se puede notar por el polvo que me rodea,
se nota en que mis manos comienzan a dormirse;
mi boca comienza a secarse
y mis amigos se esconden en el silencio.
Mi futuro se trunca,
mi presente está detenido,
y el pasado viene con melodías del pasado,
como brisa de invierno colándose entre las persianas.
Estoy ausente sin tu aliento dándome vida,
me vuelvo un animal que desconoce su hábitat,
como un ave que ha perdido el rumbo en su vuelo.
Todo se vuelve un nada,
y lo que ayer nos hacía delirar en asombro,
hoy no deja de ser cenizas para el porvenir…
¿Como se continúa estando entre el abismo y la eternidad?
Si la partida debe comenzar en el amor
¿Que es lo que estuve haciendo mal?
¿Que semillas he sembrado que hoy recojo vacíos?
Quizás.. sí.. quizás mi error es esperar que vuelva lo que di.


Diego Emilio Corzo.



Me tomaste de sorpresa,
me acorralaron tus palabras,
me envolviste en tu verborragia;
me tendiste una trampa.
Me despertaste del luto,
me impresionaron tus discursos,
me acusaste de tus marañas;
me perdonaste de tus acciones,
como si fueran mis responsabilidades.
Creaste un atmósfera densa y lúgubre
en tu intento de llegar a una final en Paz;
pero despertaste dragones,
encendiste cólera y herviste la sangre,
y sin más palabra que remediar las acusaciones,
nos besamos entre lágrimas
sin llegar a ningún lado;
tu insistías en el adiós,
afirmando que eso era amor,
pero el amor tiene un puerto
el amor tiene un nombre
sinónimo de  decisión
y conlleva un compromiso
y los compromisos son para siempre;
todo lo demás es sólo un espejismo.


Diego Emilio Corzo.